Rabab Amidane una combatiente saharaui en internet


"Zapatero tiene una oportunidad histórica para ayudar al pueblo saharauí"

Paka Díaz
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Ni la agresión a su madre y hermanas ni el encarcelamiento de su hermano han logrado callar a esta joven saharaui.Su denuncia, a través de internet, de la opresión a su pueblo le ha hecho merecedora del Premio de la Paz 2009 de los estudiantes noruegos.
Tiene sólo 23 años pero habla con la gravedad de quien ya ha visto demasiado. Rabab Amidane, universitaria saharaui, recibió el pasado 28 de febrero el Premio de la Paz de los estudiantes noruegos, de la mano de la premio Nobel irlandesa Betty Williams. Otros Nobel, como Desmond Tutu o Shirin Ebadi, le mostraron también su apoyo. Su lucha, la de todo un pueblo por conseguir la autodeterminación. Sus armas: vídeos, fotos y testimonios de la represión marroquí que esta aguerrida joven cuelga en Internet para acabar con el olvido de los medios y de la comunidad internacional a su causa. Entre esas imágenes, las suyas propias, tras sufrir la violencia de la policía en su carne. Amidane dedicó el premio a su pueblo.
YODONA. ¿Cómo te convertiste en una activista por los derechos del pueblo saharaui?
RABAB - Para mí, la ocupación y la opresión eran algo casi normal porque así había sido desde que nací. Además, la propaganda marroquí, el lavado de cerebro en la escuela y el estricto control de los medios hacen que sea muy difícil conseguir datos objetivos sobre la situación. Sin embargo, que amigos, conocidos e incluso miembros de mi familia fueran golpeados o encarcelados simplemente por alzar su voz, me hizo despertar y contribuir al cambio, aunque supusiera un riesgo.
¿Cuál es la situación que se está viviendo allí?
Muy dura. Los informes de organizaciones como Human Rights Watch o Amnistía Internacional denuncian que vivimos, bajo la ocupación marroquí, en una de las sociedades más represivas del mundo. Pero, aunque muchos saharauis pasan miedo, tengo la impresión de que desde nuestra intifada de mayo de 2005, más y más gente se está atreviendo a romper el silencio. Por eso, la policía, el ejército y los servicios de inteligencia marroquíes han aumentado su opresión. Estamos demostrando que no aceptamos ser marroquíes.
Varios miembros de tu familia han sufrido esa represión directamente.
Sí, mi querido hermano, El Ouali Amidane, fue condenado a cinco años de prisión hace dos, en un juicio en el que no dejaron presentarse a sus testigos; algunos hasta fueron torturados para evitar que acudieran. Y mi hermana Malak fue despedida por la presión de la policía marroquí. Además, han asaltado nuestra casa en numerosas ocasiones. En la última, en noviembre de 2007, golpearon a madre y a todas mis hermanas y la casa fue pulverizada.
Tras esos ataques,¿a quién pueden acudir?
A la policía no, desde luego, porque ellos son los perpetradores o quienes los dirigen. Además, muchas veces van a los hospitales y amenazan a las víctimas. El único modo de parar esto es organizarnos mejor y trabajar local, nacional e internacionalmente para demandar el respeto a nuestros derechos. Nos han convertido en ciudadanos de segunda en nuestro propio país, mientras el gobierno marroquí y sus aliados internacionales hacen dinero a costa de los recursos que poseemos: fosfatos, hidrocarburos, pesca...
¿Cómo es, por tanto, crecer en el Sáhara?
Hay una gran frustración entre los jóvenes. Los profesores nos humillan por nuestra lengua o informan a la policía marroquí si nos mostramos contrarios a la ocupación. Hasta la fecha, el gobierno marroquí no ha creado ni una universidad, así que tenemos que ir a estudiar a su país, y allí sufrir persecuciones y humillaciones por nuestra ropa, nuestra lengua... En los exámenes orales, sean de lo que sean, nos preguntan si el Sáhara Occidental forma parte de Marruecos. Si no contestas lo que quieren oír, te suspenden. Yo he tenido que abandonar la Universidad por las persecuciones y el miedo. Han matado a varios alumnos saharauis. Intentaré seguir estudiando fuera, pero ahora permanezco encerrada en mi casa casi todo el tiempo. No hay bibliotecas, ni cines, y con los puestos de control nos impiden ir a la playa o hacer un picnic en el desierto. Sólo salgo para grabar la represión policial en las protestas pacíficas.
¿Ves un fin, unas elecciones libres y la tierra de nuevo en vuestras manos?
Sí. No se debe desestimar la determinación de los saharauis a luchar. Sería peligroso e insensato. Como los sudafricanos, los timorenses o los namibios, lo conseguiremos. Tras tantos años, sabemos que nadie nos dará nuestros derechos voluntariamente, dependemos de nuestros esfuerzos. Al mismo tiempo, reconocemos la ayuda internacional; cuanto más apoyo consigamos, antes lograremos la libertad.
¿Qué le pedirías al presidente José Luis Rodríguez Zapatero para tu gente, para tu país?
Debe reconocer que España tiene la principal responsabilidad histórica de nuestra situación. Aún así, la mayoría de nosotros mira a los españoles como hermanos, y esperamos que actúen correctamente. Zapatero tiene una oportunidad histórica para ayudarnos. Primero, retirando su apoyo a los intentos marroquíes de legitimizar la ocupación. Esa propuesta de autonomía es contraria a la ley internacional y al deseo saharaui. La autonomía debe ser votada en un referéndum libre, justo y transparente.